Quiero que este escrito sirva como homenaje a mi bisabuelo Rafael y a los tres fundadores de Payá Hermanos: Pascual, Emilio y Vicente pero en especial a mi abuelo Pascual que nació, vivió y murió en Ibi y a mi padre Raimundo que fue el que llevó a cabo los juguetes de hojalata.
A la edad de dieciséis años mi abuelo pide a mi padre que abandone sus estudios que estaba realizando en las Escuelas Pías de los padres Escolapios de la calle Carniceros nº 4 de Valencia y se ponga a trabajar en la fábrica para continuar desarrollando una política empresarial competitiva en el panorama de aquel momento.
Rico, su siempre gran competidor, ya había iniciado la fabricación de juguetes junto a la firma Verdú y también había terminado la primera gran guerra mundial y la industria alemana volvía a exportar juguetes y trataba de ocupar nuevamente el mercado perdido. Aunque Payá Hermanos había desarrollado una red de distribución y clientes sólida, no era cuestión de dormirse en los laureles para poder continuar poniendo en el mercado bellos y apreciados juguetes de hojalata.
Mi abuelo tuvo razón. La edad de oro de la juguetería ibense fueron los años veinte y treinta hasta que la guerra civil estalló.
Los orígenes de Payá entre los coleccionistas es hoy causa de polémica pues se barajan diferentes fechas para sus inicios. Lo que está claro es que Payá en sus anuncios publicitarios da como fecha del comienzo de la fabricación de juguetes el año 1893. Otra cosa es cuando se constituyó jurídicamente Payá Hermanos. “La Sin Rival” en 1905 pero anteriormente mi familia ya fabricaba juguetes.
Rafael Payá Picó (5.11.1844) y su esposa Teresa Lloret Picó (25.7.1854), viven con sus hijos Rafael, (1870), María (1872), Pascual (1876), Emilio (1880), Vicente (1883) y Milagros (1887), en la calle Mayor n2 32 donde está su taller de hojalatería. En 1889 se trasladan a la calle San Blas nº 43 donde instalan el taller de hojalatería y en el que, ayudado por sus hijos, se dedica no solo a lo que tenía que ver con su oficio sino también a restaurar instrumentos musicales de viento, los de metal a los que quitaban las abolladuras, ajustaban las llaves y afinaban. Todos los hijos eran aficionados a la música. Mi abuelo Pascual y el tío Emilio tocaban el clarinete y el tío Vicente el saxofón, formaban parte de la banda de música del pueblo.
Empezaron la labor juguetera realizando pequeños objetos, en miniatura relacionados con la vida cotidiana: regaderas, recipientes para el aceite, lecheras, útiles de cocina y también vehículos tirados por caballos.
El método de fabricación era utilizar hojalata y unir las piezas con soldadura de estaño y deban la forma a estas con moldes de madera. Después se pintaban a mano. Después se ensamblaron con gafetas.
El primer viajante (vendedor de Payá Hermanos) fue D. Pablo Hernández que comercializaba los productos fuera de Ibi y su comarca.
Centrándonos en los aviones empezaremos por el hidroavión de Payá con número de referencia 916. Este interesante juguete fue fabricado por Payá en 1927 aunque aparece en el famoso catálogo de 1925. ¿Por qué ocurrió esto? Porque el catálogo inicial iba ampliándose año tras año añadiendo hojas con los nuevos modelos.
El tamaño de la pieza original es de 33 centímetros y posteriormente se fabricó también de 17 centímetros. Se acciona mediante resorte mecánico de cuerda, las dos hélices con cuatro aspas giran al deslizarse el juguete. La decoración es plateada y el alerón de cola lleva el escudo de Payá de aquellos años. Tiene seis discos con la bandera de España. Esta decoración patriótica se le añadió en la década de los cuarenta porque en los años de la República se adornaba con la bandera tricolor. Las ruedas de arrastre son de hojalata litografiada y en la parte delantera lleva dos pilotos.
Payá también realizó este modelo Plus Ultra pero con una decoración diferente. Fondo amarillo con rayas azules resaltando dibujos de colores amarillo y rojo. Las hélices son cuatripalas. Su precio en la tarifa de 1937 era de 42 pesetas la docena.
Payá fabricó otro hidroavión de gran envergadura con la referencia 949: Hidroavión DORNIER de 43 centímetros de longitud. Se accionaba con resorte mecánico de cuerda. El color de los motores es azul y el fuselaje rojo y amarillo. En la parte delantera el juguete lleva grabada: S.A. E. De Navegación Aérea. En la parte central aparece el nombre GARAI célebre piloto español. Tiene dos pequeñas alas unidas al fuselaje que sirven de apoyo de los tirantes que las unen a las alas superiores, teniendo solidez toda la estructura. Las alas sostienen dos motores de dos hélices de cuatro aspas. Su precio en la tarifa de 1937 era de 66 pesetas la docena, o sea, a 5’50 pesetas la pieza.
El avión Junkers de 1931 con número de referencia 660 está inspirado en el monoplano del Junkers JU.52. Tiene una hélice metálica de dos aspas y cuatro ventanas. La marca Payá la lleva en el ala izquierda. Es de hojalata y de color rojo. Su precio en el tarifa de 1937 que denominaba: aeroplano con impulsión por hélice, era de 13’50 pesetas la docena. Funciona con resorte mecánico de cuerda que mueve la hélice y las dos ruedas delanteras que son de hojalata litografiadas. Hay que destacar un detalle curioso, las alas son plegables. Se hizo de ese modo para poderlo montar sobre un vagón de ferrocarril de escala 0 ya que con las hélices desplegadas no podía pasar por el interior de los túneles de las maquetas.
Los aviones de juguete era imposible hacerlos volar, pero la industria juguetera ideó métodos para simularlo como colgar el avión del techo con un hilo para que diera vueltas impulsado por las hélices así ocurría con el modelo 906, o montarlos sobre un soporte y que se movieran como un tiovivo así es el modelo 386. Y el modelo 389, muy curioso, en la tarifa de 1937 se le denomina: aeroplano con aviador pero entonces ya no existía stock y no viene cotizado. Otro método era poner el avión en un balancín como el modelo 843. También existía sin balancín con referencia 846. Al modelo 843 en la tarifa del 37 se le denomina: aeroplano con balancín y su precio era de 48 pesetas la docena. En la cola está pintada la bandera española y la inscripción: Líneas aéreas Madrid Londres.
El modelo 911 y el mismo con ruedas de aterrizar, el 916, se les denominó: Hidroavión y su precio en la tarifa del 37 era de 42 pesetas la docena. Sin embargo la referencia 911 estaba ya dada de baja.
En 1925 Payá fabricó su avión mas popular con la referencia 906, el Monoplano con hélice de cartón, con alas y estabilizadores con los colores de la bandera española. En 1931, cuando se proclamó la segunda república cambiaron a la bandera tricolor. Cosa que Payá hizo también en los barcos.
Funciona dando vueltas colgado de un hilo impulsado por una hélice de cartón. Sus medidas son 17 centímetros de longitud y 12 de envergadura. Es de color verde. Su precio de 1937 era de 9’50 pesetas la docena.
La referencia 607 es un avión de pasajeros. La hélice es de celuloide. Las ruedas están accionadas por un resorte de cuerda. El año de fabricación es 1930 y sus medidas son de 34 centímetros de longitud y 31’5 de envergadura. Su precio en el 37 era de 36 pesetas la docena.
Otro avión de 1930 es el montado sobre una plataforma con un resorte que simulaba una caída. Cuando el avión choca, el resorte se suelta y el avión levanta la cola con lo que parece que el avión capota. Sus medidas son de 23 centímetros de longitud y 25 de envergadura. Es azul y gris con detalles en rojo y amarillo.
Como hemos dicho el catálogo de 1925 iba creciendo. En 1926 se añadieron varias hojas, incorporando el Plus Ultra tras la famosísima gesta de Ramón Franco y sus compañeros en el primer vuelo transoceánico.
En Ibi también fabricaron aviones otras marcas. Rico, generalmente con buena hojalata litografiada. Uno del año 1930 tiene la curiosidad de que lleva un palo de arrastre metido en una pieza cilíndrica en el entronque de las alas y cuando el avión se mueve, las ruedas accionan la hélice y emite un sonido. Otro modelo de pequeñas dimensiones que imita los tipo Stuka funciona a resorte de cuerda con medidas de 15 centímetros de longitud y 20 de envergadura y con los colores rojo, verde y blanco.
Otras firmas que fabricaron aviones fueron: Verdú, segunda fábrica que se fundó en Ibi por ex empleados de Payá y que fue absorbida por Rico. Juguetes Picó, Sanjuán y Cía, Jyesa, Rogelio Sánchez Bernia y en Barcelona la firma Hispania.
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